En este consejo os damos las claves para limpiar diferentes tipos de suelo, porque no todos están hechos de los mismos materiales ni requieren el mismo tipo de limpieza.
Linóleo
Si el material con el que está hecho nuestro suelo es linóleo, podemos deciros que tenéis un suelo de gran resistencia pero que no deberéis mojar con frecuencia pues correréis el riesgo de dañarlo. La manera más eficaz de limpiarlo es utilizando una fregona, con la que aplicaremos agua en la que habremos diluido un poco de detergente. Y si el problemas son las huellas de los pies, éstas desaparecerán si las frotamos con un estropajo que humedeceremos con alcohol blanco o trementina.
Vinílico
Los suelos de vinilo se caracterizan por ser muy fáciles de mantener y ser muy duraderos. Bastará con que los barramos con regularidad y cuando estén muy sucios, agua caliente con detergente diluido los dejarán impecables. Si alguna mancha persistiera, desaparecerá si aplicamos cera en emulsión.
Corcho
El corcho, además del barrido obligatorio, hay que fregarlo con agua jabonosa y encerarlo de vez en cuando, con la precaución de que no se acumule cera en las esquinas. Además, si el suelo estuviera compuesto por baldosas de corcho, deberemos asegurarnos de que los cantos estén bien impermeabilizados para evitar que el agua las estropee.
Baldosa
Dejamos para el final un suelo que requiere algo más trabajo, el de baldosas de cantera. Este suelo hay que fregarlo regularmente con agua y un limpiador general. Justo después de colocar las baldosas no hay que olvidar aplicar aceite de linaza y dejar que pasen dos semanas antes de lavarlas.