Los toldos protectores de los rayos solares, muy útiles en verano requieren de una adecuada limpieza para mejorar su aspecto y aumentar su vida útil.
Tenga en cuenta que por ejemplo una percha de ropa puede oxidar su parte metálica y corroer con el tiempo la superficie de lona. Por lo anterior un buen mantenimiento alarga la vida de un toldo y mejora su aspecto, haciendo más placentero utilizar la terraza en las épocas más calurosas del año.
Es importante que no pase un año entre limpieza y limpieza, los ácidos de algunas hojas de cierto tipo de árboles, en un año y por su acumulación pueden llegar a debilitar el material del toldo que se rasgue al momento de desplegar al años siguiente.
Abra cada 3 meses su toldo, inspecciónelo para retirar algún elemento que haya caído y si tiene mucho polvo y el espacio se lo permite puede utilizar la manguera para limpiarlo; posteriormente déjelo secar antes de enrollarlo nuevamente.
TOLDOS DE LONA
Si el toldo es de lona, la limpieza habitual se puede hacer con el aspirador, para así retirar el polvo y la tierra que inevitablemente se va acumulando. Para los que no tenéis aspirador, o no os sea posible llegar bien para aspirar el toldo, unos golpes muy suaves con una toalla para sacudirlo.
Para las manchas, el aspirado no será suficiente, así que usaremos un poco de agua jabonosa con un poco de amoniaco y con la ayuda de un cepillo o una escoba de cerda dura, restregaremos suavemente hasta quitar la mancha sin dañar la tela. Después, dejaremos que se seque completamente antes de volver a guardar el toldo.
TOLDOS PLÁSTICOS
Si el toldo es de un material plástico, podemos usar agua con jabón para su limpieza. Como la superficie a limpiar suele ser grande y no siempre fácil de acceder, lo mejor es utilizar una escoba mojada en el agua con jabón. Incluso podemos usar una manguera con agua a presión, aunque esta técnica solo es aconsejable para viviendas unifamiliares o toldos en grandes terrazas.
Conviene recordar en todo momento lo poco amigos que son el agua y los toldos, sobre todos los de lona. Si comienza a llover, debemos recogerlo inmediatamente y, cuando cese la lluvia, procederemos a volver a extenderlo para que se seque por completo. Este punto es muy importante, pues si guardamos un toldo húmedo pueden aparecer manchas de moho que son prácticamente imposibles de limpiar.