La correcta limpieza de oficinas y despachos:

Despacho i6.2

Muchos de nuestros clientes nos encargan la limpieza de sus oficinas, donde encontramos despachos con diferentes parámetros. Saber distinguir el material de esas superficies es de gran importancia para elegir el correcto sistema de limpieza.

Existen diversos métodos de limpieza de superficies, que tienen como objetivo el mantenimiento y conservación de las mismas. Según el tipo y el estado de la superficie, se llevarán a cabos determinados métodos y con la frecuencia que les corresponda.
Pero las operaciones de limpieza más frecuentes son aquellas que se realizan diariamente. En las siguientes páginas, vamos a distinguir varias técnicas de limpieza que podemos realizar en oficinas.

El cliente confía en que recibirá un buen servicio y, por supuesto, se lo daremos.
Separaremos una a una esas técnicas y conoceremos todos los parámetros que podemos encontrar con el fin de poder realizar la limpieza más adecuada a cada superficie.

Limpieza de mobiliario
Eliminar la suciedad y el polvo es una tarea de gran importancia, entre otras razones:
• Cuando nos encontramos con una superficie donde se ha depositado el polvo, nos da una impresión de suciedad.
• El polvo es transmisor y propagador de microorganismos.
• Es causa de alergias en algunas personas.
• El polvo puede dificultar un buen funcionamiento de máquinas o instalaciones de precisión.

La limpieza de las superficies es una tarea de gran importancia, no solo por estética, sino también, como ya se hemos apuntado anteriormente, por razones de salud.
Para la eliminación del polvo se utilizarán aspiradores, plumeros, bayetas y gamuzas tratadas con soluciones limpiadoras. Siempre debemos encontrar la forma más idónea de trabajar ahorrando tiempo y esfuerzos innecesarios.

En una oficina, podemos identificar diferentes tipos de mobiliario:
• Muebles tapizados.
• Mesas, estanterías y armarios de metal o sintéticos:
• Ordenadores, impresoras, fotocopiadoras, teléfonos, etc.
• Objetos diversos.

Muebles tapizados
Son un poco complicados de limpiar, ya que están recubiertos de un textil, piel o piel sintética que en muchas ocasiones absorben la suciedad, haciendo casi imposible obtener un buen resultado.

En sillas, sofás, sillones, etc., si la cobertura del asiento, respaldo y apoyabrazos es textil, se aspirará diariamente utilizando un aspirador.

Periódicamente, se ha de limpiar con una solución de champú o con productos específicos para textiles, cuidando especialmente de no mojar en exceso el asiento o la parte recubierta, ya que la esponja que contiene en el interior puede expulsar suciedad al mojarse, manchando la tapicería exterior.

Si se diera el caso de que el recubrimiento fuera de piel natural, habrá que hidratarla periódicamente. En el mercado existen diferentes emulsiones que proporcionan excelentes resultados, cuidando y alargando la vida del mueble.

Si el tapizado se encontrara en paredes y murales, es más difícil que se manche, pero no hay que olvidar que el polvo en suspensión contiene partículas de suciedad que con la humedad se adhieren a las paredes. En este caso, el proceso de limpieza es el mismo que para el resto de mobiliario tapizado.

De forma periódica, también se debe realizar una limpieza mecanizada. Existen en el mercado máquinas específicas para este tipo de mobiliario y superficies, que utilizan el sistema de inyección-extracción, o espuma seca.

Mesas, estanterías y armarios sintéticos
La inmensa mayoría de objetos que limpiamos en las oficinas se componen de melanina, un tablero aglomerado de partículas de madera, recubierto por ambos lados con películas decorativas impregnadas con resinas melamínicas, que se caracteriza por ser una superficie totalmente cerrada, libre de poros, dura y resistente, que soporta el calor.
Para la limpieza de estas superficies, la mejor técnica es utilizar simplemente agua y jabón. Una buena bayeta de microfibra humedecida en una solución con detergente neutro la deja perfecta.

Mobiliario de chapa de madera o madera maciza
Aquí nos podemos encontrar con diferencia de opiniones. Según los carpinteros y ebanistas, en este tipo de mobiliario no es recomendable aplicar sprays de ceras ni siliconas, ya que con esta técnica se engrasa la superficie y pierde la belleza natural que tiene. No olvidemos que la mayoría está protegida con barnices y ceras. Así pues, una bayeta humedecida en una solución neutra sería la mejor técnica para la limpieza.

Cuando la chapa de madera o madera maciza está deteriorada, es conveniente nutrirla e hidratarla. Los productos jabonosos específicos para madera contienen esos nutrientes que necesitan, y es que no hay que olvidar que es una superficie natural y que el paso del tiempo la puede deteriorar

Ordenadores, teléfonos, impresoras, fotocopiadoras, etc.

Desinfección de aparatos telefónicos
Los resfriados y enfermedades respiratorias se contagian por vía oral. Hay que tener en cuenta que los auriculares del teléfono es lo que más cerca está de nuestra boca y, por ello, lo que tendremos más cerca para coger algún tipo de contagio. Los motivos expuestos exigen que la limpieza del teléfono conlleve una desinfección.

Limpieza de los equipos informáticos y otros (ordenadores, fotocopiadoras, etc.)
Limpiar con una bayeta de microfibra ligeramente humedecida en agua y una solución de detergente neutro para no perjudicar los equipos. Nunca pulverizaremos directamente los equipos.

Las pantallas pueden ser de plasma, LCD, LED y CRT, y no todas necesitan las mismas técnicas de limpieza.

Para un monitor CRT (actualmente en desuso), podemos utilizar cualquier limpiador neutro o con base de bioalcohol, pero para asegurarnos una mayor limpieza y no correr el riesgo de dañar el equipo, no debemos volcar dichos limpiadores directamente sobre la pantalla, sino sobre un paño, que luego pasaremos sobre la pantalla con movimientos suaves.

Los monitores de LCD (pantallas de cristal líquido) necesitan un trato más delicado al ponerlos en contacto con algún elemento de limpieza, ya que si hay polvo en la pantalla, al apoyar una bayeta seca se pueden generar importantes arañazos.

Los pasos a seguir son los siguientes:
• Apagar el monitor y desconectarlo (si es posible).
• Pasar suavemente una gamuza o bayeta humedecida en un producto antiestático y secar a continuación.
• Otra opción es rociar con un producto limpiador la bayeta, pero teniendo cuidado de no humedecerla demasiado para que no gotee liquido en el monitor.
• Limpiar los cables del monitor.
• Conectar el monitor.
Para llevar a cabo la limpieza de las pantallas, existen paños impregnados en soluciones específicas, que resultan muy cómodos y fáciles de usar. Las partes externas son las más fáciles de limpiar, porque tienes acceso fácil a ellas.
La técnica de limpieza apropiada del equipo es importante, ya que, de lo contrario, puedes ocasionar daños. Para evitarlos, hay una serie de acciones que no debemos hacer:
• Nunca utilizar agentes de limpieza agresivos, ya que estos contienen productos químicos que pueden dañar la pantalla.
• Se debe evitar utilizar cualquier producto de limpieza que contenga amoniaco, acetona o alcohol etílico.
• No rociar directamente en la pantalla, ya que el íquido podría colarse en los bordes de la pantalla y generar graves problemas.
• No utilizar papel tisú, periódicos o toallas, ya que pueden generar grandes rasguños en la pantalla.
• No limpiar mientras el ordenador esta encendido.
A la hora de limpiar el teclado, también debemos seguir unos pasos:
• Desconectar el teclado del ordenador.
• Dar la vuelta al teclado y golpear suavemente para que salga cualquier objeto atrapado.
• Si es necesario, aspirar entre las teclas, para que salga cualquier partícula que no haya salido con los golpes.
• Humedecer un bayeta o gamuza y limpiar las teclas y el resto del teclado. Eso debe restaurar el brillo natural del teclado.

En cuanto al ratón, procederemos de la siguiente manera:
• Desconectar el ratón del ordenador.
• Humedecer un trapo limpio con solución limpiadora.
• Limpiar con el trapo la superficie externa del ratón, teniendo cuidado con los botones.
• Localizar y remover el disco circular que contiene la bola de tracción del ratón, si es el caso. Debe tener unas flechas que indican en qué sentido girar el disco para quitarlo.
• Después de remover el disco y la bola (si hubiera), limpiarlos con el trapo y ponerlos en una superficie limpia.
• Usando el trapo humedecido con alcohol, limpiar la parte contenedora de la bola de tracción, pero teniendo en cuenta que el trapo no tiene que estar demasiado humedecido.
• Dentro del contenedor de la bola de tracción hay unos rodillos, los cuales probablemente tengan una capa de suciedad que hay que quitar con la ayuda de unas pinzas o de otro objeto.
• Montar el ratón y conéctelo al ordenador.

Esta tarea es muy específica y se recomienda realizarla con las máximas precauciones.
Al limpiar un equipo portátil, nos encontramos con tres elementos diferentes. Por un lado tenemos la pantalla, un componente muy delicado al que no se le puede ejercer presión alguna, pero que suele estar llena de polvo y de huellas dactilares. Otro elemento importante es el teclado. Aunque parezca fuerte y sufrido, este elemento recibe la mayoría de residuos de comida, pelusas, polvo, etc. llegando con el tiempo a provocar el mal funcionamiento de muchas teclas o incluso dañar cualquier circuito interno. Por último, y aunque no se trate de algo técnico, tenemos la carcasa. Generalmente, suele llevarse la marca de huellas tras haber tocado sustancias grasas, etc.

En este punto es importante advertir que cada vez que vayamos a limpiar cualquier zona del equipo portátil, es conveniente que esté desconectado de la red eléctrica y con la batería retirada.

Objetos varios
Los objetos ligeros situados en los muebles o sobre las mesas se levantarán del lugar donde se encuentren para limpiar la superficie donde estén situados, siempre y cuando no rallen la misma.

Las papeleras se vacían de residuos, se limpian con una solución de detergente neutro, se cambia la bolsa y se coloca de nuevo en su sitio.
Hay que prestar especial atención a objetos decorativos que puedan estar en las oficinas o despachos, como cuadros, figuras, lámparas etc. Estos objetos, algunos de gran valor, hay que tratarlos con especial cuidado, siguiendo las instrucciones de los responsables inmediatos.

Limpieza de pavimentos
Cuando se nos propone la limpieza y mantenimiento de un local pensamos en las superficies más grandes como suelos y paredes. Son la superficies más”vistosas”, por así decirlo, pero por muy limpia que esté una oficina, si tiene un suelo con polvo o lleno de manchas, la calidad del servicio de limpieza no existe.
Como en el caso del mobiliario, lo más importante es saber distinguir la naturaleza de la superficie.

Revestimiento textil (moquetas)
Cada vez se instala menos, ya que es confortable y cálida, pero como inconveniente tiene un mal mantenimiento de limpieza.

Esta superficie se aspirará a diario, siempre que se sea posible, prestando especial atención a las zonas de más tráfico, como pueden ser la entrada, los pasillos etc.
Regularmente, se efectuará una limpieza específica, que puede ser con máquinas de inyección-extracción, espuma seca o champuneado.

Pavimento duro natural
Si el suelo es de terrazo, mármol o granito, diariamente se pasará una mopa de algodón, aplicando un captapolvo, o impregnada, con la finalidad de eliminar el polvo que se deposita.
También se puede realizar el fregado con mocho y una solución de agua y detergente neutro, un friegasuelos que resultará perfecto, ya que no lo dañará y resaltará su brillo natural.

Periódicamente se realizarán los tratamientos de recuperación, como el cristalizado, si fuera necesario.

Pavimento duro artificial
Será el caso de que nos encontremos con gres o cualquier pavimento arcilloso.Para este suelo no tendremos problemas, ya que simplemente se utilizará a diario la mopa para la eliminación del polvo y de las partículas en suspensión, o se fregará con un mocho sumergido en una solución de detergente y agua. En este caso, el detergente puede ser ligeramente alcalino, dependiendo del grado de suciedad.

Revestimiento blando (PVC)
Lo limpiaremos igual que si fuera un suelo duro.

Limpieza general de mantenimiento
Un buen plan de trabajo para una oficina sería:
1. Recogida de restos repartidos por la superficie (cajas vacías o materiales sobrantes de la actividad).
2. Vaciado y limpieza de papeleras.
3. Mopeado o barrido húmedo.
4. Desempolvado de mobiliario. Se puede realizar una frecuencia con el fin de que se limpie la totalidad del mobiliario existente.
5. Limpieza y desinfección de aseos.
6. Limpieza de pavimento dependiendo de la superficie (fregado, aspirado).
7. Limpieza de útiles de limpieza y almacenamiento en el sitio reservado.

Todas estas tareas nos vendrán siempre indicadas por las necesidades del cliente y estarán recogidas dentro de la propuesta realizada y aceptada. En dicha propuesta tienen que quedar claras las frecuencias de cada tarea; de no ser así, será difícil realizar un buen servicio.

Con la elección de productos químicos, máquinas y útiles adecuados, y con una buena práctica de las técnicas de limpieza, el servicio que ofreceremos a nuestro cliente será “Excelente”.

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